¿Estás aplicando a tu hijo el protector solar infantil adecuado?

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Llega el buen tiempo y pasamos más horas al aire libre con nuestros hijos, aprovechando esos rayitos de sol que tanto hemos echado de menos durante el invierno.

Sin embargo, no debemos hacerlo sin antes aplicar un buen protector solar infantil, para que su piel no sufra las consecuencias de los dañinos rayos ultravioleta (UV). Y es que tan solo unas pocas quemaduras solares graves pueden aumentar el riesgo de que tu hijo tenga cáncer de piel en la edad adulta.

Cómo escoger el protector solar más adecuado

Es fundamental que protejas a tu hijo con un protector solar infantil de calidad. Y este debe ser adecuado a su edad y su piel:

  • Usar protección solar con FPS 50 es lo más recomendable. Así garantizas que esté completamente protegido.
  • Existen protectores solares infantiles, que están específicamente diseñados para cuidar la piel del bebé o del niño, siendo las más adecuadas para ellos. También puedes usar las que son para pieles sensibles, o las cremas y leches protectoras, que contienen agentes hidratantes.
  • Las presentaciones resistentes al agua son también una elección muy apropiada para los niños. Estos protectores están pensados para perdurar en el agua, o en el caso de sudoración abundante al realizar actividad física.
  • Por otro lado, las llamadas cremas de pantalla total, bloquean la sudoración y la transpiración de la piel. Por eso, su uso debe reservarse para proteger la nariz o las orejas.
  • Los filtros que componen los protectores solares también hay que tenerlos en cuenta. Existen los filtros físicos y químicos. Los físicos, que dan un color blanquecino a la piel del niño, son los más recomendables, ya que cuando se pierde ese tono blanquecino, indica que debes aplicar protección de nuevo, o dejar de exponer al niño al sol.
  • Evita los protectores solares infantiles que contengan parabenos y perfumes. Los perfumes, por ejemplo, pueden provocar alergias cutáneas en algunos pequeños, especialmente en aquellos que tienen pieles sensibles. Por eso, si tu hijo tiene dermatitis atópica, debes usar un protector solar sin perfumes.
  • La edad también es un factor importante. Respeta las limitaciones de edad que indique el fabricante de la crema solar. Si no indica nada, como regla general, la crema estará destinada a los mayores de 3 años.
  • Si tienes un bebé de menos de 6 meses, lo mejor es que no le apliques ninguna crema solar, ya que podrían producirse reacciones alérgicas debido a las características sensibles de su piel. Lo más seguro en este caso es que le mantengas a cubierto durante las horas en las que el sol es intenso, ya que podría sufrir quemaduras o una insolación.

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Cómo aplicar el protector solar infantil

  • El protector solar debes aplicarlo media hora antes de salir de casa, ya que tarda unos 20 minutos en hacer efecto.
  • La efectividad de los protectores depende también de su aplicación constante y generosa.
  • Tienes que renovar la crema cada dos horas, o cada vez se bañen o suden. En estos últimos casos, sécalos bien con la toalla y después vuelve a untarles la loción protectora.
  • En los días nublados, el sol sigue estando ahí, y aunque no lo notemos, las radiaciones UV pasan igual.

Las precauciones extra nunca están de más

  • Aunque estén bien protegidos, debes evitar que tu hijo pase muchas horas al sol. Sobre todo, debes evitar que esté expuesto entre las 12:00 y las 16:00 horas.
  • Lleva una sombrilla y resguárdale bajo ella. Si además tienes una con protección frente a los rayos UV, mejor. Eso reforzará la función del protector solar.
  • Viste a tu hijo con sombreros o gorras que cubran su cabeza, y si es posible, las orejas y el cuello, ya que son zonas muy sensibles.
  • Equípale también con camisetas y gafas de sol homologadas, que bloqueen los rayos UV y UVB. Así evitarás que con el tiempo sufran de cataratas u otras enfermedades oculares.

Recuerda siempre que estas recomendaciones son para prevenir las quemaduras, no para aliviarlas. Por eso, lo mejor es que lleves tu protector solar infantil contigo a todas partes. Además, si desde pequeño enseñas a tus hijos a construir hábitos saludables frente al sol, te lo agradecerán el resto de su vida.

Por último, no olvidemos que está muy bien que los padres sepan de la importancia de protegerse del sol, pero parte de los objetivos de una Educación para la Salud correcta es conseguir que los peques se auto-gestionen su salud futura. Por tanto, cuanto antes aprendan la importancia de protegerse, mejor. Quién sabe, quizás consigamos que sean ellos los que nos lo recuerden cada dos horas.

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